El candidato de Unión por la Patria incomodó
desde el inicio a un desdibujado Milei que se limitó exclusivamente a no perder
la calma. El economista libertario llegó muy poco preparado al debate y se
contradijo con la plataforma electoral de La Libertad Avanza y sus propias
declaraciones en programas televisivos recientes. Ningún dirigente del PRO
acompañó a su nuevo socio en la jornada.
(*) Por Nicolás Marchiori
El pasado domingo se celebró el último debate
previo a la elección que definirá quién gobernará la Argentina desde el 10 de
diciembre y por los próximos cuatro años. Con muestras de gran solvencia
discursiva y preparación, el candidato presidencial de Unión por la Patria
Sergio Massa expuso las grandes contradicciones de su rival Javier Milei.
Con preguntas simples basadas en “si o no”, llevó al límite a un candidato
libertario que dejó muchas dudas sobre su estabilidad emocional y sobre sus
ambiciones para llegar a la máxima magistratura. Milei ocupó la mayor parte de
su tiempo disponible para defenderse y transmitió la sensación de que no
quiere ser presidente, que padece la campaña, que no le gusta lo que está
haciendo, que quiere salir de ese lugar que lo incomoda. El socio de
Mauricio Macri se presentó al debate sin ningún tipo de preparación, ni
siquiera pudo dominar el escenario en lo que supuestamente es su especialidad:
la economía. Lució como un amateur, que fue a ver qué pasaba, dejando serias
dudas respecto a si está capacitado para conducir el destino de 47 millones de
personas.
Massa hizo prevalecer su claridad desde el
inicio en un formato de debate que permitió las interrupciones y el diálogo
entre los contendientes a la presidencia.
El actual ministro hizo foco en los cambios de
opinión de su rival. Luego de quedar segundo en la primera vuelta con un
porcentaje por debajo del 30% de los votos y por influencia directa de su nuevo
aliado y jefe de campaña, Mauricio Macri, Milei experimentó un abrupto viraje
discursivo hacia el centro, tomando distancia de sus propuestas más
polémicas, como la venta de órganos, la libre portación de armas, la
eliminación de las ayudas sociales, el arancelamiento de la educación y la
salud, entre otras. El libertario perdió el eje de su discurso y su esencia, se
siente irreconocible y lo demuestra cada vez que tiene que argumentar sus
cambios de postura.
No quiere ser presidente
El Milei
histriónico y avasallante que se paseaba por los sets televisivos amigos
desapareció para siempre, la irrupción del macrismo en La Libertad
Avanza, no solamente tomó por asalto la conformación de un eventual gabinete,
sino que también desmanteló el discurso que le permitió al candidato libertario
llamar la atención de los jóvenes y un sector de la población invadida por el
sentimiento de odio y hartazgo hacia la “casta política”. Eso que Milei
supo combatir desde su discurso, hoy le vació de contenido a su espacio. La
“casta política” se adueñó de La Libertad Avanza y le marca al candidato a la
presidencia lo que debe decir. Por imposición de Mauricio Macri, Milei se
tuvo que apropiar forzadamente del discurso de Bullrich. Una acción
inentendible desde el punto de vista estratégico, habida cuenta de que la ex
ministra de Seguridad macrista fue la gran perdedora de la primera vuelta el
pasado 22 de octubre.
En último
debate, Milei lució titubeante, por momentos balbuceaba las respuestas. Siempre
a la defensiva, padeció enormemente la regla que le impedía tener apuntes.
También el formato de los seis minutos. En un pasaje del debate, dio muestras
de su amateurismo cuando le consultó a Massa “¿Cuál es la pregunta?” a
lo que el candidato de Unión por la Patria le respondió: “ninguna, te di la
palabra” y el libertario insólitamente expresó “Ah, gracias. Te la cedo”.
El actual ministro se concluyó: “el problema es que cuando uno no tiene nada
para decir sobre un tema que no le interesa o no estudio, hace tiempo para
rellenar”. Se estaba debatiendo nada más y nada menos que sobre seguridad.
Luego de
acorralarlo con preguntas acerca de si ¿va a eliminar los subsidios?, ¿va a
dolarizar la economía?, ¿va a privatizar ríos y mares?, ¿va a eliminar el Banco
Central?, ¿va a arancelar las universidades?, y ante respuestas totalmente
opuestas a lo que venía sosteniendo en su desfile por canales televisivos e
incluso la plataforma electoral que presentó La Libertad Avanza ante la
Justicia Electoral, con enorme elocuencia y contundencia, Massa le achacó a
Milei: “entiendo que hiciste tu carrera en televisión, pero lo que está en
juego hoy es el futuro de la Nación. O te contradecías en la base que
presentaste a la justicia electoral o en lo que decís esta noche. Estamos ante
alguien que miente esta noche o mintió toda la campaña”.
Otro de los
momentos incómodos del candidato libertario fue cuando Sergio Massa lo
descolocó al revelar que lo echaron del Banco Central por no pasar un test
psicotécnico. Un dato que se hizo público en el libro “El loco”, de Juan
Luis González, que da a conocer detalles desconocidos del polémico líder de
LLA.
El ministro
sostuvo que Milei quiere eliminar el Banco Central de la República Argentina
por una cuestión de rencor personal y contó que tuvo una pasantía como
economista, que fue confirmada en medio del debate por el candidato.
“Contale a la
gente por qué no te renovaron la pasantía, contale. Porque entiendo que estás
enojado con el Banco Central porque en algún momento te sentiste rechazado,
pero no se trata de eso, se trata de ir al abrazo de lo que uno rechaza”,
manifestó Massa.
Luego de la
pobre performance de Javier Milei, dirigentes del macrismo de paladar negro
reconocieron con un inocultable sentimiento de decepción que el libertario
perdió el debate con Sergio Massa.
Sillas vacías
y un apoyo poco claro
En su análisis
del debate, el consultor político ecuatoriano Jaime Durán Barba consideró
que la ausencia de los representantes en el recinto fue un factor determinante.
“Milei va a la casa de Macri, se reúne con Patricia Bullrich, planifican una
estrategia y en el momento del debate no lo acompaña nadie, eso no se hace”,
sostuvo el analista.
Remarcó que
“si lo están apoyando debería haber una buena cantidad de personas importantes
del PRO en el debate”.
Según la
apreciación de Durán Barba, al candidato libertario “se lo veía desencajado,
no era el Milei entusiasta con la motosierra. A Milei lo abandonó hasta
Fátima”.
Por otra
parte, sostuvo que Milei y Macri “son extremos simbólicos de absurdos y es muy
contradictoria la relación” de esta nueva alianza. “El candidato de La Libertad
Avanza va a la casa del líder del grupo que no clasifica para la segunda vuelta
y después no están juntos en el debate”, agregó el analista.
El portal de
noticias La Política Online reveló que en la previa del debate existió un
fuerte cruce entre Milei y Macri. Distintas fuentes periodísticas afirman que el
candidato libertario venía acumulando bronca contra Macri por sus promesas
incumplidas. El estallido se produjo cuando el economista se enteró que la
Cámara Nacional Electoral advirtió a los apoderados de su espacio político que
no habían presentado la cantidad de boletas que exige la normativa para
afrontar el acto eleccionario del 19 de noviembre. Desde el órgano
encargado del control del normal desarrollo de los comicios expresaron que sólo
presentaron cien boletas por cada una de las mesas existentes, cuando el número
requerido a todos los participantes es de trescientos cincuenta boletas (la
cantidad de electores que tiene cada mesa de acuerdo a la distribución del
padrón electoral).
El enojo de Milei se debe a que la distribución de las boletas junto a la fiscalización nacional de los comicios son tareas que habían quedado a cargo de Mauricio Macri, cuando Milei selló el pacto con el ex presidente. Macri le habría prometido al libertario el aporte de 15 millones de dólares y una supuesta estructura nacional de fiscalización para el balotaje. Nunca llegaron los fondos y hasta ahora no aparece esa estructura. Mientras tanto, desde las filas libertarias, irresponsablemente, comienzan los desesperados intentos por instalar la idea de fraude.
Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de
Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral.
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